15 semillas
Cultivo: fácil
Producción de semillas: Principiante
Siembra: de febrero a abril (temperatura mínima 10°C)
Luffa (Luffa aegyptiaca)
Luffa (Luffa cylindrica): ¡la famosa lufa!
Interesante cucurbitácea (a veces llamada calabaza) procedente de Asia, utilizada tanto por la esponja vegetal que produce como para su consumo como fruta (cuando aún está verde).
La planta tiene hábito trepador pero también puede dejarse en el suelo.
Fácil de cultivar gracias a su gran resistencia a las enfermedades fúngicas. Requiere un buen riego, especialmente en las primeras etapas. Es vigorosa y muy productiva; un suelo rico garantiza resultados excepcionales.
La siembra debe realizarse en semillero a una temperatura mínima de 15°C,
Lo mejor es cultivarla en un vivero con calefacción: el fruto tarda varios meses en madurar, y al cultivarla pronto, evitaremos problemas con las bajas temperaturas. Recomendamos cultivarla bajo una pérgola o soporte para trepar para que las lluvias de otoño no pudran el fruto antes de la cosecha. Las flores son grandes y numerosas, similares a las de la lagenaria, pero de un amarillo intenso, y muy decorativas.
Los frutos se pueden comer como los calabacines cuando están verdes, el sabor recuerda a estos últimos, con un componente más herbáceo.
Sin embargo, no se cultivan para el consumo, sino para obtener las codiciadas esponjas, como podrás saber en la siguiente sección.De la Luffa (nombre derivado del término árabe “ Louff” ) se obtiene una esponja vegetal muy buscada y apreciada.
Obtenerla es sencillo, solo se necesita paciencia: las "calabazas" para extraer estarán listas después de varios meses (unos 6-7 meses desde la siembra). Por eso, es mejor cultivarlas sobre un soporte de enredo o una pérgola. Esto evitará que los frutos se dañen con las lluvias de otoño y permitirá que crezcan verticalmente, dando como resultado esponjas de mejor calidad. Para extraer las esponjas, simplemente espere a que los frutos (unos 4 meses después del cuajado) tengan un aspecto "seco", con un color amarillo/marrón, y la piel esté dura al tacto. En ese momento, si no ha llovido en los últimos días, puede extraer la esponja y las semillas; de lo contrario, guárdelas en un lugar ventilado para que se sequen. Con las manos o un cuchillo pequeño, abra la "piel" de la fruta para descubrir unas preciosas esponjas. Córtelas en trozos de unos 15-20 cm de largo y retire las semillas. Lávelas hasta que estén casi blancas y luego déjelas secar en un lugar bien ventilado. Las esponjas de lufa son ligeramente ásperas, pero tienen un efecto exfoliante muy agradable. Después de usarlas, enjuágalas y déjalas secar; durarán varios meses.

